Cuando toca priorizar

Cuando toca priorizar
Photo by Priscilla Du Preez / Unsplash

Hace poco, un buen amigo me contaba que su esposa y él estaban cerrando su negocio porque les estaba afectando mucho en el matrimonio. Me dijo: “Tenemos muy buenas relaciones sociales y nos estamos expandiendo poco a poco con la empresa, pero nos está destrozando el matrimonio. Por ahí no paso.” Me dio mucho que pensar. Y no creo que exista una palabra mejor para describir esta decisión que la palabra VALIENTES.

No es fácil cerrar algo que poco a poco va funcionando pero que estás viendo que te afecta directamente en tu santidad. Por muy bueno que sea el proyecto, por más que pueda ayudar a los demás; la prioridad siempre debe ser tu matrimonio. Sencillamente porque el día que estés ante el Señor, dudo mucho que Él te pregunte: “Oye, ¿qué tal fueron tus negocios? ¿Todo bien? Me alegro un montón. Ahora pasa por aquí, que te has ganado el Cielo.” Más bien te hará una sencilla pregunta: ¿Cuánto has amado a tu esposa/esposo?

Hay que tener cuidado con las tentaciones relacionadas al emprendimiento (sea católico o no). Los proyectos atrapan y cuando menos te lo esperas, resulta que has acabado esclavizado. Algo que en un principio era para Dios, ahora se ha convertido en la pesadilla que ha puesto en juego otros aspectos de tu vida que ni siquiera esperabas. Es ahí cuando uno debe pedir valentía al Señor para cerrar lo que se comenzó. Al fin y al cabo, quien sabe, lo mismo Dios permitió que realizaras ese proyecto solo para enseñarte algo a ti, a nadie más.

Creo que establecer prioridades en tu vida es de las cosas más importantes que debes tener en cuenta cuando realizas un emprendimiento. Mi amigo tenía muy claras las suyas. Bravo.

Hasta el jueves que viene.